EL CUADRO ROJO
Tengo miedo. Desde que entré a esta galería de arte, una extraña sensación de ansiedad se apoderó de mí. Las sombras proyectadas por las obras contemporáneas, como si fueran sombras de otro mundo, se cerraban sobre mí como un abrazo. Mi corazón latía con fuerza mientras recorría las paredes adornadas con cuadros abstractos y desconcertantes. Sin embargo, mi atención se centró en una obra en particular: un cuadro rojo. El cuadro era una sinfonía de colores oscuros y profundos, que se mezclaban en una danza de tonos inquietantes. El rojo en el centro parecía sangrar hacia los bordes, como si estuviera siendo consumido por la oscuridad circundante. No podía apartar la mirada de él, como si una fuerza invisible me atrajera hacia su abismo. La sensación de miedo se intensificaba a medida que mis ojos se perdían en el lienzo. Me di cuenta de que estaba completamente solo en la galería. Las voces de los otros visitantes se habían desvanecido en la distancia. El cuadro parecía tenerm...